En la última reunión sobre El año de la muerte de Ricardo Reis, de José Saramago, estuvimos 14 personas. La densidad del libro y su estilo sorprendieron a muchas personas; esto y quizá el plazo de lectura, menor que en otras ocasiones, provocó que algunas no hubieran acabado todavía la lectura, aunque parece gustar a todos.
El título del libro nos introduce ya en el tema.
Ricardo Reis, uno de los heterónimos poéticos de Fernando Pessoa, llega a Lisboa desde Brasil poco después de la muerte del segundo. La acción transcurre en los nueve meses que a Pessoa le llevará ser olvidado.
El libro tiene un discurrir como el de la mente que nos lleva de una cosa a otra, distraídos por el devenir de las cosas.
Al hilo argumental -la vida de Reis en Lisboa, con sus paseos por el laberinto de sus calles, sus relaciones con la gente, las visitas que el aparecido Pessoa le hace-, se unen las opiniones políticas e históricas, los comentarios costumbristas, las reflexiones sobre el lenguaje y sobre el sentido de la existencia. A partir de los comentarios de las noticias del periódico que el fantasma de Pessoa y Reis hacen tenemos una visión del mundo en 1936, el año de la muerte de Ricardo Reis, con el estallido de la Guerra civil española, y los ascensos al poder del fascismo en distintos países.
Con los paseos de Reis, conocemos Lisboa, sus gentes, su historia y vislumbramos esa desilusión portuguesa siempre a la espera de la consecución del imperio que no pudo ser.
Reis, se deja llevar por los acontecimientos, no tiene interés en hacerse un futuro, sus relaciones, las pocas que establece, tienen el tirón del momento y nada más.
Saramago muestra un dominio y conocimiento del lenguaje, de la historia y de la obra del más célebre escritor portugués de todos los tiempos, que utiliza para construir una novela que es algo más. El estilo, de periodos largos que hay que desmenuzar, con apenas puntuación, supone un esfuerzo adicional que convierte al lector a su vez en autor al tener que interpretar el texto.
Para la próxima sesión elegimos el libro de Paul Auster, La música del Azar
Ana Mendoza nos envía esta cita :
“Un día, cuando Paul Auster tenía catorce años, estaba jugando en un bosque con un grupo de amigos y se desencadenó una violenta tormenta. Para llegar a un claro era necesario pasar por debajo de una alambrada. ‘El chico que iba delante de mí estaba justo debajo del alambre de púas cuando lo alcanzó un rayo. Murió al instante, pero los demás no nos dimos cuenta […] Cuando ves una cosa así a los catorce años empiezas a darte cuenta de que el mundo es mucho menos estable de lo que pensabas. La vida no está encasillada en modo alguno.’ El azar, la coincidencia, el hecho inesperado que sobrecoge la propia existencia, la pérdida imprevista que le lleva a uno a cambiar completamente de vida” Maria Baiocchi.