“Derribar y destruir es muy fácil. Los héroes son aquellos que construyen y que trabajan por la paz.” esta frase de Nelson Mandela puede servirnos a toda la comunidad del Pedro de Luna para resumir lo que ha sido la 1ª Semana de las Culturas en nuestro instituto.
En el alumnado de nuestro centro se da una diversidad extraordinaria de etnias y nacionalidades que a veces genera conflictos, pero que al mismo tiempo, y con eso preferimos quedarnos, es una fuente de riqueza que nos permite conocer otras miradas, otras formas de entender el mundo. Todos los miembros de nuestra comunidad hemos podido disfrutar de unos días de intercambio cultural en las instalaciones del Pedro de Luna, durante la última semana del mes de abril. Hemos tenido ocasión de conocer costumbres, recetas, danzas, músicas y lenguas de distintos lugares del mundo.
Queremos mencionar los talleres de bachata, dibujos con henna y trencitas coordinados por el PIEE, así como la valiosa colaboración de dos madres de alumnas del centro que vinieron a la cocina del instituto para enseñarles a nuestros estudiantes de FPB cómo elaborar platos de la cultura árabe y china. El aroma de un delicioso té de hierbabuena y del pan recién hecho o el pollo al jengibre se dejaba sentir por los pasillos y sirvió para que tantos los profesores como los miembros del personal no docente, pudiéramos degustar las suculentas raciones tan esmeradamente preparadas por las dos mamás, a las que se agradeció de forma colectiva su entusiasta colaboración.
También se ha contado en el centro con el préstamo por parte del CAREI de tres exposiciones itinerantes. Dos de ellas se hallaban relacionadas con las costumbres cotidianas en el mundo, a través de la muestra de objetos de la vida diaria de diferentes países, por un lado, y de fotografías de familias pertenecientes a entornos culturales muy variopintos. La tercera, relativa al Quijote, recogía un buen número de traducciones a otras lenguas de la célebre obra de Cervantes, que el alumnado y el profesorado pudieron hojear en la biblioteca del instituto.
Queremos destacar que en esta semana cultural ha sido imprescindible la ayuda de los tutores, quienes, entre otras actividades, han coordinado la confección de banderas de los distintos países de los que son originarios nuestros alumnos.
Lo mismo puede decirse de otros murales en los que se han recogido palabras de saludo o de uso corriente en las distintas lenguas maternas de los chicos y chicas que asisten a nuestras clases. Un despliegue de diversidad lingüística que, sin duda, simboliza a la perfección el crisol cultural de nuestro instituto.
Por último, y como en el Pedro de Luna hay multitud de chicos implicados activamente en asuntos sociales, que colaboran en busca del bien común en causas solidarias o como protagonistas fundamentales de los programas de convivencia que se están implantando en el centro, llevamos a cabo un tapeo intercultural, “Cocinas del mundo”, en el que participaron un número elevado de estudiantes, preparando en sus casas recetas de naciones muy distantes entre sí, unidas gracias al proyecto de escuela pública que todos defendemos. Tuvimos platos dulces y salados, así como también bebidas típicas de los lugares de procedencia de nuestros chicos.
Desde buñuelos senegaleses a arepas colombianas, crêpes francesas, tortilla de patata española, y un sinfín de delicias que se pusieron a la venta en un mercadillo situado en el recreo. Fue estupendo ver a los chicos y chicas gestionar sus puestos, preparar las raciones y explicar las recetas que llenaban sus improvisados mostradores. El alumnado y los profesores, los compañeros de conserjería, secretaría y limpieza desfilaron por ese zoco culinario del patio y dieron buena cuenta de los menús. El mercadillo fue todo un éxito que sin duda repetiremos y la recaudación obtenida en él, que alcanzó los doscientos euros, será donada a una asociación de ayuda a los refugiados que sufren tantas penalidades en su búsqueda de un mundo mejor que el que dejan atrás.
Queremos agradecer a todos los compañeros la cálida acogida que brindaron a las actividades, así como también a los padres y madres del APA, que donaron platos cocinados con mucha ilusión, y, sobre todo, a los chavales que se involucraron con tanto entusiasmo en este proyecto que buscaba, como decía Mandela, construir algo útil y trabajar, en la medida de nuestras posibilidades, para lograr la paz.