El día 1 de junio fue la última reunión de este curso de LEER JUNTOS. Nos reunimos unas 20 personas en una terraza cercana. El libro La ley del menor de Ian Mcewan, había gustado a casi todos los participantes.
La protagonista consigue hacer su trabajo de juez con gran eficiencia, pero su vida privada se ve gravemente afectada. La judicatura es una actividad que tiene que ver con la vida y las relaciones personales de muchas personas. Como todas las profesiones en las que el ser humano es el elemento esencial, resulta muy difícil escapar a la lucha de sentimientos que pueden desencadenarse cada vez que el profesional tiene que enfrentarse a un conflicto, y aún más cuando las personas implicadas son niños. En muchas obras de Mcewan las relaciones de pareja son un tema recurrente. A menudo los agentes externos hacen difícil llevar una relación emocional sin que ésta quede indemne.
Comienza la novela con el conflicto marital, la separación de un matrimonio adulto, con muchos años de casados, porque el marido quiere aprovechar el tiempo que le queda y llevar una vida sexual más intensa con una mujer más joven. La mujer, la jueza protagonista, despechada pero inmersa en una inacabable actividad profesional desvía la atención de su propio problema de la misma manera que a lo largo de los años la ha desviado de su relación sentimental. El matrimonio se ha convertido en un “hábito”, algo que como se da por descontado no requiere ninguna atención. Desfilan a lo largo de las páginas diversos casos en los que la juez debe fallar sentencia. Son todos casos en los que las familias se ven afectadas, fracturadas al tomar posiciones por el conflicto surgido a partir de un problema de los hijos.
La jueza irá debatiéndose en la deliberación sobre estos conflictos olvidando, postergando su propio caso, tomando decisiones sobre él que serían totalmente desaconsejadas por un profesional de la justicia. Hay una contraposición entre las decisiones “juiciosas” que la protagonista toma en los casos externos a ella y la falta de resolución, o incluso equivocaciones, cuando a lo que se enfrenta es algo personal.
Otro conflicto, el del muchacho testigo de jehová salvado físicamente por decisión de la jueza, adquiere una importancia fundamental en la trama. Al no verse correspondido por la protagonista en sus afectos, el joven morirá finalmente en una suerte de suicidio, al decidir no ser transfundido en una segunda fase de la enfermedad.
Hay de fondo un tema musical Down by the Sally gardens, poema de Yeats musicado por B.Britten, en el que se habla de los errores de juventud. Es un ejemplo más de los grandes conocimientos sobre música que muestra el autor.
Al final de la reunión se acordó leer El olvido que seremos, de Héctor Abad Faciolince como libro para la próxima reunión de septiembre.
Otras lecturas de verano : de Aurelio Esteban, El caminante de los tejados; de Marta Sanz, Daniela Astor y la caja negra y de Alejandro Galochino, El libro de los solares.
¡Desde el grupo de Leer juntos del IES Pedro de Luna deseamos un verano sosegado, lector y reconstituyente!